Fiallo

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO
Vice-Rectoría de Extensión

EMBAJADA DE LA REPÚBLICA DE NICARAGUA

AUGUSTO CÉSAR SANDINO:

CONCIENCIA DE LA REBELDÍA
QUE NO SE RINDE ANTE LA POSIBILIDAD
DE SER CRUCIFICADO

Dr. José Antinoe Fiallo Billini
Profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC)

Ponencia presentada en el Evento “
Augusto César Sandino: Héroe y Patriota Latinoamericano
Auditorio “Pedro Mir” de la Biblioteca de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)
18 de Febrero del año 2009



A la memoria de Gregorio Urbano Gilbert y Farabundo Marti.
A la memoria de las luchas de las Juntas Nacionalistas y la Junta Patriótica de Damas contra la ocupación Yankee de 1916 en Dominicana.


1. Introducción: Palabras de una Intención

Inicio mi intervención citando una afirmación de Augusto César Sandino contenida en una carta que le enviara el 10 de Diciembre de 1927 a Pompilio Reyes donde decía: “
El que se meta a redentor tiene que morir crucificado”.

La mayoría de los presentes y las presentes son jóvenes y por ello me pareció interesante comenzar con esa cita para insinuarles en este inicio del 2009 y ante las crisis capitalistas globales, la necesaria conciencia que es necesario construir, proceso de larga duración donde todos los sujetos(as) nos hacemos, nos vamos haciendo, entre conflictos, vivencias, dificultades y retos.

El, Sandino, tomó caminos de liberación y de crucifixión, quizás en ocasiones no valorados adecuadamente, como experiencia, lección y propuesta para autoanalizarnos, asumirnos, transformarnos para prácticas revolucionarias en nuestros contextos sociales.

Vamos a construir nuestra intención en cuanto asumir a Augusto César en sus diversas dimensiones, en ocasiones ‘underground’ (poco visibles) y en otras abiertamente insinuadoras.


2. Cotidianidades y el Sujeto Comenzando sus Experiencias y Definiciones

Aunque hay discusiones en relación a su fecha de nacimiento aceptamos que fue el
18 de Mayo de 1896 en el contexto de la expansión imperialista de Estados Unidos en el Caribe y otras zonas del mundo, hijo fuera de ‘matrimonio’ (llamado en ocasiones ‘ilegítimo’) de Gregorio Sandino (un rico cafetalero) y Margarita Calderón (que trabajaba en la plantación de Gregorio su padre). Ese primer contexto, indiscutiblemente produjo unos resultados, como veremos más adelante.

A los 9 años se fue a vivir con su abuela, pues su madre Margarita lo deja y entonces entra en ese contexto abuela-nieto. Es importante precisar que César Augusto nació en Niquinohomo en el Departamento de Masaya, y esa localidad es una denominación de origen chorotega, que proviene de unos vocablos de origen ‘indígena’ (nahomo-valle), ‘Valle de los Guerreros’ (vaya coincidencia rebelde).

Ese contexto familiar y de poblaciones originarias indígenas (más adelante veremos la asunción de identidades en él) va a marcarlo y a cumplir su sentido sociocultural en la construcción de su conciencia.

En Julio de 1912,
teniendo 12 años vive la intervención del imperialismo yanki y la muerte por sus tropas del general Benjamín Zeledón, iniciándose con estos nuevos ingredientes una complejización del contexto para su conciencia.

En este contexto sociopolítico complejo en 1921 enfrenta una situación difícil personal, hiere a un hijo de un conocido conservador huye y es condenado), dirigiéndose en una travesía regional a Honduras, Guatemala y México.

Esa ampliación de los contextos de su mundo le agregan experiencias, trabajando en áreas azucareras y petroleras. Y al final en México entrando en contexto y relación con sociedades y organizaciones masonas, nacionalistas, antiimperialistas, marxistas, anarquistas y de diversos signos religiosos. El contexto regional se habrá hecho más evidente y nosotros y nosotras debemos recordar las intervenciones yankis en Haití en 1914 y nuestro país Dominicana en 1916, así como la denominada Primera Guerra Mundial y el inicio de la Revolución Rusa en 1917.

En el caso de Nicaragua y luego de un largo período de ocupación militar (recordemos que inició en 1912), en 1925 se retiran tropas (no la intervención política), desarrollándose una lucha política entre conservadores y yankis y liberales, comenzando lo que se denominó “
la guerra constitucionalista”.

Los yankis retornan con sus tropas y Augusto César se incorpora a las fuerzas militares ‘liberales’, pero éstos son reticentes y no quieren aceptarlo por sus planteamientos, lo que lo lleva a tomar la decisión de organizar fuerzas político-militares autónomas formando “la Columna Segoviana” inicialmente con entre 600 y 800 efectivos, habiendo obtenido armas y municiones con el apoyo y la logística de mujeres (incluyendo, según investigaciones la ayuda de mujeres prostitutas o trabajadoras sexuales de Puerto Cabezas).

Obviamente, este nuevo contexto, luchas civiles y diferenciación de los agrupamientos y hasta ahora fuerzas hegemónicas, abre nuevas rutas de un proyecto popular propio no conservador-liberal y anti-yanki.


3. Manifiestos, Definiciones , Estrategias y Memoria

Primer Manifiesto: Madurando el proceso de conformación del movimiento socio-político sandinista, se producen definiciones más concretas del sujeto César Augusto y sus intenciones y definiciones. El 1º. de Julio se conoce su primer “Manifiesto Político” emitido en Nueva Segovia donde define su condición de ciudadano-luchador y su geopolítica. Nos dice:

El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído y no solo ser oído, sino creído. Soy nicaragüense y me siento orgulloso de que en mis venas circule, más que cualquiera, la sangre india americana… el vínculo de nacionalidad me da derecho asumir la responsabilidad de mis actos en las cuestiones de Nicaragua, y por ende, de la América Central y de todo el continente de nuestra habla. Soy trabajador de la ciudad, artesano como se dice en este país, pero mi idea campea en un amplio horizonte de internacionalismo…”

Esta cita tiene unas relevancias referidas a nuestras urgencias hoy, jóvenes que hoy están en este Auditorio de la UASD. Primero la opción de vida y la actitud de conciencia que ello conlleva: no quiero nada ni siquiera para ser sepultado, y por eso llevo en mí una autoridad moral, una contrahegemonía, escuchen a quien dice (como lo dice en su canción el cantautor Fito Páez), “Dar es Dar”, sin esperar nada a cambio, no importa que no me den, escúchenme, óiganme, no hay intereses materiales (acumulación originaria o ampliada, competitividad, etc., etc.). Reconoce su origen étnico (su ‘jus sanguinis’será?) y su ciudadanía universal: internacionalista como el ‘dominicano’ Gregorio Urbano Gilbert que peleó junto a él allá en Nicaragua después de pelear-luchar aquí contra el invasor yanki de 1916.

Nos dice: soy un artesano, sin intereses, de aquí, de allá, en donde se deba luchar, mi ciudadanía es ‘
jus soli global’, ciudadano del mundo. Y ello es válido hoy aquí, discutiendo ‘reformas constitucionales’ conservadoras: ‘soy de aquí y el que no es de aquí nada es? Augusto César estaba en Nicaragua y era internacionalista, debemos ser como él, aquí, allá, acuyá, donde nos coja y nos toque luchar.

No me rindo y los traidores

El 14 de Julio de 1927 le responde al Capitán del Cuerpo de “Marines” Gilbert Hatfield:

No me rendiré y aquí los espero. Yo quiero patria libre o morir. No les tengo miedo, cuento con el ardor de patriotismo de los que me acompañan

Acostumbrados a concebirse como poder omnimodo, los poderes militares yankis plantean inducir miedo-prepotencia para vencer la decisión y la subjetividad-mentalidad rebelde. Sandino les responde: venga aquí donde estamos y los que estamos aquí por decisión política e insurreccional tenemos un gran poder que son nuestro ardor (nuestros sentimientos, como decían los nuestros y nuestras en la “Guerra de la Restauración”). En la guerra de guerrillas más vale el ardor, el sentimiento de ser justos y preparados para morir si es necesario, que las imágenes de las armas sofisticadas, los uniformes que ocultan debilidades y las intimidaciones verbales.

Y para ello debía prepararse para encarar, enfrentar, en ese proceso a los traidores que sirven a los intereses de los ocupantes invasores, y el 14 de Noviembre de 1927 da a conocer el “
Acuerdo sobre los Traidores a la Patria”, donde se definen quienes son, y los resumimos así: “traficantes, los que hacen pactos secretos, los que buscan ayudas prestadas, los que suministran informes, o los que buscan protección” todos ellos, claro, de las élites de poder y los invasores.

Esto, a los que estamos aquí, nos recuerdan las palabras del organizador de la Sociedad Secreta “La Trinitaria” en nuestra sociedad, Juan Pablo Duarte, cuando insinuaba que no tendríamos un proceso transformador diáfano “
hasta que no se escarmiente a los traidores como se debe”, entonces, los buenos y buenas dominicanos/as no lograríamos culminar nuestras aspiraciones de justicia social revolucionaria.


Ejército, Fuerza Político Militar de Liberación,
Poder Social Armado

En el proceso de conformación de un movimiento sociopolítico (un poder social armado)
el 2 de Septiembre de 1927 se conforma definitivamente el “Ejército Defensor de la Soberanía Nacional” y que al ir creciendo aglutinó a cerca de 6,000 combatientes habiendo comenzado inicialmente a partir de 30 de ellos que implementaron de manera progresiva una estrategia guerrillera.

En 1928 el Contralmirante yanki Sallers lo llama de nuevo a rendirse dizque para ‘obtener los consiguientes beneficios’ a lo que Augusto César Sandino le responde:

La soberanía de un pueblo no se discute, sino que se defiende con las armas en la mano… la resistencia armada traerá los beneficios a que usted alude”.

Esta respuesta amplía una anterior haciendo énfasis en la soberanía popular, la cual no se negocia o se pone en una mesa de concesiones para buscar ‘consenso’ con élites burguesas y poderes imperialistas; ella, la soberanía popular, que existe y puede potenciarse necesita su propia autogestión y autodefensa, y un componente importante inicial es la resistencia a las fuerzas que adversan su construcción y desarrollo, incluso armándola. Solo ello es beneficioso para el pueblo, negociarla es perjudicar, dañar, dominar y oprimir al pueblo, no importa que se oculte hoy en negociaciones ‘light’ de dizque ‘libre comercio’.


5. La Tierra, el Fin del Mundo y la Justicia Divina en la luchas contra los Imperialistas desde una explosión abajo

Esa resistencia sistemática, y que hoy es actual, está precedida y construida por la necesidad de alumbrar conciencias para apropiarse de realidades no importa la oscuridad, con la finalidad de armar una respuesta holística que alimente las mentalidades y las culturas insurgentes. En un texto titulado “Manifiesto a los Miembros de nuestro Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua” del 15 de Febrero de 1931 y en ocasiones conocido como “Luz y Verdad”, Sandino nos dice:

Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército desde su principio y así lo será hasta su fín”.

Por juicio final del mundo se debe comprender la destrucción de la injusticia sobre la tierra y el reinar el espíritu de luz y verdad o sea el amor”.

Que los pueblos oprimidos romperán las cadenas de humillación con que nos han querido tener postergados los imperialistas de la tierra”.

Cabemos la honra, hermanos, de que hemos sido en Nicaragua los escogidos por la Justicia Divina a principiar el juicio de la injusticia sobre la Tierracon lo quedará prendida la mecha de la “explosión proletaria” contra los imperialistas de la Tierra. Sinceramente vuestro hermano, A.C. Sandino”.

Texto rico en interpretaciones donde, es posible, se nos insinúen algunas concepciones y abordamientos de donde estamos cuando actuamos y que nos acompaña para sostenernos firmes.

Hay una especie de reflexión cósmica-teológica-liberadora para ir de lo que parece imposible, a hacer lo necesario y urgente aunque creamos que es muy difícil: un Dios cerca de los justos y justas (recordemos a Noé y su barca), porque el juicio final es un trayecto con tramos de injusticia que se van cerrando en la historia y para lo cual es necesario producir luz para ver las verdades de la época y actuar y ser queriendo a las mayoría populares, es decir, y como se despide él, a los hermanos y hermanas.

Cada lucha por la justicia evidencia a los justos y justas escogidos por ser así, por identificarse con un paso adelante de liberación de la humanidad, porque son un fuego que prende y hace explotar, emerger a los de abajo contra las élites e imperios de arriba. Así es posible acercarse al juicio final de los juicios finales de cada época como nos toca ahora, y sobre todo a ustedes, jóvenes, acercarse al juicio final de la época capitalista, para lo cual Augusto César Sandino y su Ejército Popular aportaron un momento, una experiencia y una visión.


6. Para ello la conciencia crítica no importa a quien toque
y de dónde saliéramos

Esa cosmovisión, holística, compleja, “político-teológica” (una misión mesiánica), de raíces ancestrales en la madre tierra de los ‘indígenas’ y de un crucificado, es posible cuando a pesar de cercanías, intereses, potenciales subordinaciones, se construye con luz y verdad una visión de las relaciones sociales de los sujetos. Ya habíamos avanzado algo en relación a su padre y él, ahora en carta a Abraham Rivera del 21 de Febrero de 1931 nos invita a rastrear la construcción de su conciencia justiciera. Allí nos dice:

Pues bien hermano. Le referiré una anécdota que me ocurrió con mi propio padre en una hacienda de nosotrosTenía 12 añosMi padre es propietario y lo he considerado aprovechado de circunstancias que acontecen al pueblo, para atener sus propiedades. No es difícil que mi padre se haya sorprendido, al preguntarle yo que si él no consideraba injusto aquella manera de sostener su pequeño capital. Mi padre me ha contestado que él no quería explotar aquella situación del pueblo, pero de que si él no explotaba, sería explotado por los explotadores. Pues bien mi querido hermano. Puede decirse que desde aquella época yo principié a tomar conciencia de las cosas”.

Con 12 años Augusto César (cuyo nombre original como consecuencia de la problemática padre-madre era Augusto Nicolás Calderón Sandino, según pude constatar) se confronta con su adulto-padre y lo cuestiona en su condición social de propietario aprovechado del pueblo y por tanto injusto, rechazando su argumento justificatorio (sino exploto me explotan) y asociándolo, sin temor, a los explotadores. Escuchen jóvenes que están en este Auditorio: él dice que concibe y señala a su padre como explotador, como opresor, y que ahí mismo su conciencia se abrió, creció, recibió la luz y vio verdad y comenzó su camino hacia el sacrificio.

Y no solo es asumir la conciencia frente al padre explotador, sino asumirla desde lo local pero articulado a lo macro y a lo global.

En una carta del 12 de Mayo de 1931 al conservador José Hilario Chavarría, nos dice:

Nuestra guerra es guerra de libertadores para matar la guerra de los opresores”.

No importa que yo sea nacido en el interior del país, pero eso fue para que yo mismo pudiera tener el conocimiento de todas partes y de que no me hicieran el favor de considerarse localista”.

No se trataba solo de la conciencia en el entorno primario (caso del padre), sino de la conciencia local que se abre a todas partes dentro de Nicaragua y que se expande a Honduras, Guatemala, México, Centroamérica y todo el continente: tener “el conocimiento de todas partes”, y ahí su internacionalismo cobra una relación con los saberes de la tierra y sus mundos, porque insinúan articulaciones sutiles para la ‘explosión proletaria’ de los de abajo.



7. Conclusiones: Crucificado, visitado por las hormigas, para decirle que su muerte es una resurrección infinita y que hoy está aquí con nosotros y nosotras

Sabemos que por la crisis de finales de la década de los veinte en Estados Unidos (la llamada “Gran Depresión”, parecida a la de ahora 2008-2009 y en proceso) y como consecuencia del avance guerrillero del sandinismo, se produjo una coyuntura que implicó una reestructuración de fuerzas sociales y militares.

El 1ero. de Enero de 1933 comienza la retirada de tropas yanquis, pero éstos habían estado creando sus sucesores con la creación de la llamada ‘Guardia Nacional’ donde estarían jugando un papel importante los futuros integrantes del somocismo.

Augusto César Sandino entendió que podían aprovechar la coyuntura y le envía una propuesta de paz al en ese momento Presidente Sacasa y la élite sucesora pro-yanki le prepara una trampa (lo reciben, lo aíslan) y luego lo ejecutan (es decir, lo crucifican fusilado), estando detrás de ello el en proceso dictador Anastasio Somoza.

Podemos evaluar esa última coyuntura y solo agregar que su sensibilidad y amor lo llevan a proponer una salida que en su contexto, quizás, no podría tener una salida adecuada.

Muy probablemente Augusto César estaba preparado para su crucifixión y lo adelantábamos en la cita que hicimos en la introducción. Pero su visión y asunción de la muerte, de su muerte, la precisará más claramente cuando dijo:

Nosotros iremos hacia el sol de la libertad o hacia la muerte y si morimos, nuestra causa seguirá viviendo, otros nos seguirán”.

Y agrega y adelanta:

Algún día los yanquis tendrán que ser completamente derrotados y si por casualidad yo no pudiera ver ese final, las hormigas de la tierra llegarán hasta mi tumba para darme la noticia”.

Independientemente de la coyuntura final y de la apreciación que pudiera tener hoy Augusto César Sandino, está claro que él sabía que una de sus posibilidades en estas luchas eran las implicaciones de las luchas redentoras, liberadoras, los riesgos que en ella se corren, sin miedo, sin temores. Y que se siembra y otros y otras siguen esos caminos para los juicios finales de cada época.

Ahora estamos en momentos “apocalípticos”, de acercamientos a juicios finales de este período histórico del capitalismo y los imperialismos. Las hormigas lo han estado visitando durante varios años, no solo las de Nicaragua sino las de otras partes del mundo para decirle que en efecto eso que él anunció como profecía, se está cumpliendo, por cierto, desde hace un tiempo.

Y nosotros y nosotras hoy se lo decimos porque aún lo oímos, porque él está vivo aquí por impulsión divina (el resucitó siempre) y está aquí como un justo.

Cuando se muere por los hermanos y hermanas, por la justicia, por la soberanía, el sentimiento no es negativo o de dolor del alma. Gregorio Urbano Gilbert, dominicano que se enfrentó en 1916 a las tropas yanquis en San Pedro de Macorís y luego estuvo combatiendo con Augusto César Sandino en Nicaragua, escribió en un papelito que entró en su camisa por si le sucedía algo, lo siguiente:

Muero, pero muero satisfecho porque es un acto de protesta contra la invasión de mi patria por fuerzas extranjeras”.

Morir con satisfacción del deber cumplido, de la misión asumida y encomendada, da una dimensión diferente a la crucifixión , si ella está en ese proyecto de más vida para todos y todas siempre. Es una muerte que anuncia una nueva vida eterna. El está aquí con nosotros y nosotras para siempre, por su impulsión divina eternamente.